En la vida, a menudo nos encontramos caminando por la calle del después, ¿correcto? Esa calle donde dejamos todas nuestras promesas, sueños y planes para otro días una y otra vez. Nos decimos a nosotros mismos: “Luego”, “El lunes”, “Mañana”, “Tengo mucho tiempo”. Pero, ¿adivina qué? Ese “después” nunca parece llegar, y terminamos en la famosa Plaza de Nunca.

¿Qué es la Plaza de Nunca? Es ese lugar donde nuestras metas desaparecen, donde nuestros sueños se esfuman y donde nuestros proyectos se quedan en el limbo del “algún día”. Es un lugar donde las oportunidades perdidas y las acciones pospuestas se acumulan, dejándonos con una sensación de arrepentimiento, decepción y mediocridad.

Entonces, ¿cómo podemos evitar caer en la trampa de la calle del después y la Plaza de Nunca?

Primero, debemos reconocer que el tiempo es un recurso precioso y limitado. El mañana no está garantizado, así que ¿por qué no empezar hoy mismo? En lugar de posponer nuestras metas y sueños, tomemos medidas concretas hacia ellos ahora mismo. ¡Dale!

Segundo, es importante establecer metas claras y alcanzables. Dividir grandes objetivos en pasos más pequeños y manejables puede hacer que parezcan menos abrumadores y más alcanzables. ¡Necesitas un plan!

Tercero, rodeémonos de personas que nos apoyen y nos impulsen hacia adelante. El apoyo de amigos, familiares o mentores puede marcar una gran diferencia en nuestro viaje hacia el éxito. ¡Busca un guía!

Y por último, pero no menos importante, recordemos que el progreso, por pequeño que sea, es mejor que la inacción. Cada paso que damos nos acerca un poco más a nuestras metas y nos aleja un poco más de la Plaza de Nunca. ¡No olvides que la acción quita el miedo!

En resumen, no permitamos que la calle del después nos lleve a la Plaza de Nunca. Tomemos el control de nuestras vidas, asumamos la responsabilidad de nuestros sueños y hagamos que cada día cuente. ¡El momento para actuar es ahora!